Muchos son los impactos que está sufriendo en los últimos tiempos la provincia de Ávila. Hasta ahora todos los que se han conocido han estado relacionados con el medio ambiente e indirectamente con el ser humano, pero con este de la línea de alta tensión en el Valle Amblés, se junta el impacto ambiental con los que pueden darse sobre la salud de las personas. El problema del impacto aquí tratado viene dado por la proliferación de parques eólicos en la Sierra de Ávila, los cuales solo requieren Evaluación de Impacto Ambiental en función de lo recogido en la normativa estatal (a partir de 50 aerogeneradores) y no por la normativa autonómica a pesar de tener la Junta de Castilla y León potestad para haber aplicado en su normativa criterios más estrictos. Estos parques eólicos tienen tres aspectos negativos por uno positivo. Los negativos tienen que ver con las afecciones a las aves por el choque con sus aspas, con pérdida de los valores estéticos del paisaje que lo rodea, muy cercanos al LIC y ZEPA de los encinares de la Sierra de Ávila y con las afecciones en el suelo y la vegetación debido a la apertura de nuevas pistas en su instalación. Por el contrario como impacto positivo está el que es una fuente de energía renovable, pero como puede observarse no tan positiva como la solar. Ahora bien, si encima a consecuencia de su ubicación se pretende para el transporte de la energía generada, el realizar una línea aérea de alta tensión por el Valle Ambles y no soterrarla, estamos ante un proyecto a todas luces insostenible y que desde aquí recordamos necesitaría en caso de ejecutarse Evaluación de Impacto Ambiental, según lo recogido en la Ley 11/2003, de 8 de abril, de Prevención Ambiental en Castilla y León en su Anexo IV y sobre todo por expuesto en la legislación estatal en el Anexo I, Grupo 9, pues atraviesa el LIC de la ribera del Adaja. A continuación enumeramos el porque no debe llevarse a cabo este proyecto detallando los impactos sobre la salud y el medio ambiente que conllevan tendidos eléctricos como el que se propone: 1. Aparición de enfermedades como el cáncer según lo expuesto por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (2001), por el Instituto de Karolinska de Estocolmo, por la Universidad de Oxford (2005) por el Departamento de de los Servicios a la Salud de California (2002) y por la Universidad de Denver (1979) destacando los altos índices de leucemia infantil. Este y otros estudios llevados a cabo por organismos independientes, algunos de los cuales son accesibles a través de Internet, se realizaron teniendo en cuenta la distancia del domicilio de un grupo de niños a las líneas de alta tensión más cercanas. Los resultados obtenidos han expuesto que los niños con domicilio a un radio de 200m de tendidos eléctricos tienen un 70% más de posibilidades de sufrir leucemia infantil que los que lo tenían a 600m. Esta consideración, junto a otras que demuestran la aparición de diferentes cánceres, no solo en niños sino en adultos, supone el cambio por la IARC de la consideración de los tendidos eléctricos de posibles agentes cancerígenos a cancerígenos. 2. Aumento de cefaleas y trastornos en el sueño en función de los estudios desarrollados por la Universidad de Oxford. Esta causa junto a la anterior han llevado a la Federación Española de Municipios y provincias y al Ministerio de Sanidad a solicitar estudios epidemiológicos en poblaciones expuestas a campos electromagnéticos. 3. Corta de arbolado, afectando a los encinares de la Sierra de Ávila, al LIC de la ribera del Adaja, que llega hasta el parque del Soto, uno de los espacios naturales más emblemáticos y cercanos a la capital y a los rebollares y pinares próximos a Navalperal de Pinares. 4. Pérdida de calidad paisajística de todo el ámbito territorial afectado, lo que repercutirá entre otras, en actividades económicas en auge como el turismo rural. 5. Choque y electrocución de aves, alguna de ellas gravemente amenazadas, pues el Valle Amblés es un corredor ecológico entre la Sierra de Ávila y las Sierras de la Paramera y La Serrota. 6. Fragmentación del territorio y eliminación de la cubierta vegetal, provocando la aparición de especies herbáceas, muy pirófiras, lo que hace aumentar el riesgo de incendio forestal. 7. Punto de partida para que el territorio, al ya sufrir un impacto de tanta envergadura, se convierta en un espacio en el que puedan acumularse nuevos impactos. Esperamos desde la Asociación Geográfica Ambiental, aplicar el dicho de que rectificar es de sabios y que las administraciones implicadas, Junta y Diputación hagan caso a aquellos a los que representan, los ciudadanos, y trabajen por un bien común, nuestra salud y el medio ambiente.
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